miércoles, 11 de noviembre de 2009









El nacimiento de Mafalda


 




Varios estudiosos coinciden en señalar que a principios de los 60 se cerraba un ciclo de oro de la historieta argentina, pero que -paradójicamente- fue en ese contexto de crisis cuando surgieron dos productos emblemáticos para el género: Mort Cinder (de Oesterheld y Alberto Breccia) y Mafalda, la única tira con personajes fijos realizada por Quino.

Para la frustrada campaña de electrodomésticos Mansfield, el dibujante había realizado seis tiras, tres de las cuales fueron publicadas en 1964 en Gregorio, el suplemento de humor de la revista Leoplán, pero no fueron recogidas en ninguna de las compilaciones posteriores de la historieta.

De ese suplemento, la protagonista -junto a sus padres y un par de sus amigos- se mudó a Primera Plana. Ese año gobernaba la Argentina el radical Arturo Illia; Los Beatles arrasaban en los rankings musicales; los palestinos fundaban la OLP; se extendía la adhesión de los paises americanos al bloqueo estadounidense contra Cuba y la comisión Warner daba a conocer publicamente la versión oficial sobre el asesinato del presidente Kennedy, A la par, se otorgaba al lider negro Martin Luther King el Premio Nobel de la Paz mientras que el filósofo Jean-Paul Sartre rechazaba el suyo de Literatura.

En 1965, la tira cambió nuevamente de domicilio. Estuvo en el diario El Mundo hasta que éste cerró dos años después, cuando la mamá de Mafalda estaba embazarada de Guille. La historieta llegó a Siete Días en 1968, con el bebé ya nacido y la impronta bien ganada de ser un registro minucioso de los tics de la clase media argentina de los años 60. Desde la Guerra de Vietnam y la carrera espacial hasta el movimiento tercermundista y los derechos humanos, el mundo entero se simboliza en un globo terráqueo que la protagonista cuida, igual que a un enfermo: lo acuesta en la cama, lo abriga y hasta intenta mejorarlo con las cremas de belleza de su madre. Con Mafalda la infancia perdió su inocencia, mientras el género de la historieta pasó de lo social a lo psicológico.

 



Señor Director

 





Un amigo mío, el dibujante Quino (se llama así pero cuando firma cheques pone Joaquín Lavado), me dijo que tenías mucho interés en contratarnos a mí y a mis amiguitos, Susanita, Felipito, Manolito y Miguelito, para juntos trabajemos todas las semanas en tu revista. Aceptamos con mucho gusto, pero antes debo decirte que en casa aumentó la familia, por que el 21 de marzo nació mi hermanito, lo que alegró bastante a mi papá y mi mamá; y a mí me produjo curiosidad. Ahora estamos todos muy preocupados por atenderlo y pensar en un nombre que a él le guste cuando sea grande.

Como me parece que vos y los lectores de la revista querrán conocerme un poco mejor antes de firmar el contrato te envío mi currículum (¿así se escribe?) más o menos completo por que de algunas cosas ya no me acuerdo. ¡Ah!, también te mando algunas fotos de mi album de familiar que me sacó mi papá, ¡pero devolvémelas!.

En la vida real yo nací el 15 de marzo de 1962. Mi papá es corredor de seguros, y en casa se entretiene cuidando plantas. Mi mamá es ama de casa. Se conocieron cuando estudiaban juntos en la Facultad, pero después ella abandonó para cuidarme mejor, dice.

El nombre que me pusieron fue en homenaje a una pibita que trabajaba en la película 'Dar la cara', que se hizo leyendo el libro del escritor David Viñas.

El 22 de septiembre de 1964, Quino me consiguió una recomendación para trabajar en la revista Primera Plana, y en marzo del 65 me llevaron al diario El Mundo.

Vas a ver que mis amiguitos te van a gustar tanto como a mí. Felipito tiene un papá que es todo un ingeniero; él es bueno, un poco simple, tierno y, a pesar de que en la escuela está un grado más que yo, a veces lo cuido como si fuera hijo mío. A Manolito lo conocí en el almacén de su papá, porque nosotros somos clientes de él. Ahora vamos al colegio juntos. A veces me hace enojar porque es muy cabeza dura. Siempre quiere tener razón... y lo que más bronca me da es que casi siempre la tiene. Con Susanita no me llevo muy bien. Reconozco que a veces parezco muy antipática con ella, pero cada vez que habla parece el Premio Nobel de la Clase media. Seguro que cuando sea grande tocará el piano, se casará y tendrá muchos hijos y jugará a canasta. Te voy a contar un secreto, pero no se lo digas a nadie, porque a Susanita no le gusta que se sepa: el papá de ella es vendedor de una fábrica de embutidos. Miguelito es el último que ingresó a la barra. Todos lo queremos mucho y nos hace reír porque piensa siempre las cosas más fantásticas. Claro que es muy chico todavía. Va a un grado menos que nosotros.

En estos días recibí muchas cartas y llamadas telefónicas preguntándome por mi hermanito. A casi todos les preocupa saber cómo mis papás me explicaron el ausnto. Fue así: me llamaron un día, se pusieron muy colorados, dijeron que tenían que decirme algo muy importante. Mi papá me contó que habían encargado un hermanito para mí, que antes de nacer lo cuidaría mamá porque crece como una semillita, y que la había plantado él porque sabe mucho de plantas. Yo no entendí muy bien, pero me puse muy contenta al saber la verdad, porque la mayoría de los chicos de la escuela hablan de los nenes que nacen en repollos o los trae la cigüeña desde París... ¡Con los líos que hay ahora en París están como para pensar en cigüeñas!.

Otros me preguntaron cómo siendo yo tan pesimista en un problema tan grave como el de la paz, creo todavía en los Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar existen porque me lo dijo mi papa, y yo le creo; en cambio sobre la paz tengo todos los días pruebas de que, por ahora, es un cuento. Aprovecho la publicación de esta cartita para enviar un saludo a U-Thant y a los Beatles, a quienes admiro mucho. El pobre secretario, de la ONU tiene muy buenas intenciones, y sería macanudo que le hicieran caso, pero... Pensando en él, comprendo mejor a papa y a mama. Después de todo, ellos no tienen la culpa de cómo son y cómo viven. Los Beatles me gustan por que son muy alegres, están de acuerdo conmigo en muchas cosas, y tocan la música que nos gusta a los jóvenes. Ellos deberían ser presidentes del mundo, porque tienen influencia sobre mucha gente de todos los países.

Me gusta leer, escuchar los noticiosos, mirar la TV (menos las series), jugar al ajedrez, al bowling y a las hamacas. También me gusta mucho jugar y correr al aire libre, donde haya árboles y pajaritos como en Bariloche. Cuando fuimos de vacaciones para allá, pasamos días muy lindos. Este años no fuimos de vacaciones porque esperábamos la llegada de mi hermanito. Espero que en el verano crezca pronto, así lo podremos llevar con nosotros a Córdoba. Cuando se preocupe menos por el chupete, le voy a presentar al Pájaro Loco, que trabaja en TV. Seguro que le va a gustar tanto como a mí.

Entre las cosas que me no gustan están: primero, la sopa, después, que me pregunten si quiero más a mi papá o a mi mamá, el calor y la violencia. Por eso, cuando sea grande, voy a ser traductora de la ONU. Pero cuando los embajadores se peleen voy a traducir todo lo contrario, para que se entiendan mejor y haya paz de una buena vez.

Hasta la semana que viene.

 









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